Gracias.

Podes pincharme sin querer, tocarme en el lugar equivocado, empujarme con la fuerza innecesaria y voy a cerrarme. Construir un muro a mi alrededor, viajar a la otra punta del país, aislarme en mi misma. Alejarte y alejarme. Una sola palabra y estoy viendo como te empujo a los bordes de mi vida. Te pateo fuera. 


Después de hundirme en mi misma, tu ausencia se empieza a notar. Desarmo mi muro, compro un pasaje hasta casa, te acerco y me acerco. Te abro la puerta otra vez y ahí estas, sonriéndome. Mirándome y viendo lo que pocos ven, eso que soy de verdad. 
Te veo feliz de volver por tiempo indefinido. Aguantando mi inestabilidad, siendo mi sostén y mi propio demoledor. Siendo la venda de mis heridas hasta que yo misma me las arranque con rencor. 
Y aunque no puedo tenerte lo suficiente te agradezco por estar, estar hasta en los momentos que no merezco tu compañía. Tu alegría o tu perdón. Gracias por ser quien sos y serlo conmigo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tiny Hand