Mañana se termina. Mañana no te veré más y pasarás a ser un recuerdo. Un muy torturador recuerdo. Entonces, las manos me tiemblan pensando en el adiós. Un pájaro aletea en mi pecho, amenazando con dejarme sin respiración. El pulso se acelera y mis neuronas se alborotan, pero las palabras escasean y todo lo que imagine se disuelve con el viento otoñal. Entonces lo entiendo finalmente. Nos perdimos de tanto. Siempre esperando el primer paso, ignorando la sensación de separación. Ahora no hay tiempo para llorar o gritar y tampoco es lo que más quiero. Ahora, te pido un abrazo, sintiendo que es el primer acto que en verdad compartimos. 



1 comentario:

Tiny Hand