Todos en algún momento de nuestras vidas, admiramos a otra persona. Por mi parte, admiro a la gente que es capaz de soltarse de cualquier cosa con total facilidad. Esa gente que entiende que todo acabo y que sabe cuando colocar el punto final. Yo admiro a las personas que pueden ser felices sin que sus recuerdos los acorrale. Quienes sabiendo que todo terminará mal, se arriesgan y no solo eso, si no que también son lo suficiente valientes para dar vuelta el final y los que tienen fuerzas para cargarse al destino a cuestas. Miro con admiración a quien perdona y olvida sin vacilar. Admiro a la gente que no conoce la posibilidad de bajar los brazos. Los que mantienen viva la confianza, habiendo sido pisoteados una y otra vez. Yo admiro a la gente que nunca se rindió y a la que siempre intentó. Y finalmente, admiro a cada ser viviente en esta tierra que sabe como sonreír, porque sonreír es vivir.
Te puedo decir la verdad; ni para navidad ni para reyes me han regalado algo.
ResponderEliminarQué navidades mas tristes.
Muy lindo texto, me gusta cómo escribes. La verdad que todos tenemos en algún punto una persona a quién admirar. Aveces nos encantaría ser de una u otra manera, pero te digo que aunque desde acá veas cómo le va a diferentes personas, todas en su interior y detrás de la sonrisa, tienen sus problemas.
ResponderEliminarUn beso!
Me encantó la entrada, escribís muy bien.
ResponderEliminarYo admiro a las personas que saben amar y dar sin límites, y sin esperar nada a cambio.
Me gustó muchísimo todo tu blog! Te sigo.
El mío es http://this-heart-will-start-a-riot-in-me.blogspot.com.ar/ , te espero!
Besos