Ya no quiero que vuelvas. 
Me decidí por olvidarte y te dejo libre. Sos libre de todas las veces que me emborrache pensando en vos, sos libre de todos mis llantos, sos libre de toda mi tristeza, mi odio y mis reproches. Y yo, a cambio, me libero del amanecer, el vodka y el beso. Me libero también de todas esas señales que creí ver para afirmar que me amabas. Me libero de vos y le grito fuerte a tu foto que te bajes de mi espalda. Tiro al suelo la esperanza de volver a ser lo alguna vez fuimos y la piso con mi pie hasta que no se parezca a nada. No quiero ni pretendo nada, porque acepto que ya no somos nada. Me alejo y me despido diciendo que te ame con locura y que sí, que me arrepiento de hacerlo. Pero no te culpo, ni a mi tampoco. 

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